¿Qué es el ghosting y por qué nos afecta tanto?

¿Qué es el Ghosting?

En una época marcada por la inmediatez y la comunicación digital, cada vez es más frecuente un fenómeno relacional que deja una huella profunda: el ghosting. El término proviene del inglés ghost (fantasma), y hace referencia a una forma de cortar el contacto con alguien de manera repentina y sin explicación. Basta con no responder mensajes, dejar de contestar llamadas o bloquear a la otra persona. Silencio absoluto. Desaparición.

Aunque a veces se asocia a relaciones superficiales o citas esporádicas, el ghosting también puede aparecer en vínculos significativos, dejando a la persona que lo sufre con una mezcla de confusión, dolor y vacío.

Ghosting en las relaciones de pareja

El ghosting no solo ocurre en contextos informales o superficiales. También puede presentarse en relaciones de pareja más estables o con cierta historia compartida. Esto puede agravar su impacto emocional, ya que la ruptura inesperada y sin explicación genera una fuerte disonancia entre lo vivido y lo que se percibe en el presente. De un día para otro, alguien importante desaparece sin dejar rastro, como si todo lo compartido perdiera valor. Este tipo de desaparición repentina puede tener efectos duraderos en la forma en que una persona se relaciona en el futuro, especialmente si no se permite elaborar ese cierre emocional.

¿Qué nos dice la investigación?

Una investigación reciente ha estudiado este fenómeno desde una perspectiva novedosa: analizando las emociones tanto de quienes lo han vivido como víctimas (ghostees), como de quienes lo han llevado a cabo (ghosters). El objetivo fue comprender cómo afecta emocionalmente esta experiencia y cómo impacta en nuestras necesidades psicológicas más básicas.

Los resultados son reveladores: ambos roles sufren consecuencias emocionales, aunque de formas distintas.

Quienes hacen ghosting: entre la culpa y el alivio

Podemos imaginar que quien hace ghosting actúa de forma fría o insensible. Sin embargo, el estudio mostró que estas personas suelen experimentar emociones encontradas. Por un lado, pueden sentir alivio al evitar una conversación difícil o una situación incómoda. Por otro, muchas reportan sentimientos de culpa, especialmente cuando son conscientes del daño que pueden causar.

En ocasiones, el ghosting se utiliza como una vía para no herir al otro… pero paradójicamente, termina generando un sufrimiento mayor.

Quienes sufren ghosting: tristeza, rabia y desconexión

Para quienes lo sufren, el impacto emocional es especialmente intenso. En lugar de una despedida o una explicación, se enfrentan al silencio. Este tipo de final ambiguo puede generar una herida psicológica duradera: tristeza, frustración, confusión, enfado y una sensación de abandono.

El estudio reveló que estas personas sienten amenazadas varias de sus necesidades fundamentales: el sentido de control, la autoestima, la pertenencia social y el significado existencial. En otras palabras, el ghosting no solo rompe una relación, también puede hacer tambalear la identidad y el valor personal.

¿El tiempo lo cura todo?

A medida que pasa el tiempo, las emociones tienden a suavizarse. Tanto quienes hicieron ghosting como quienes lo sufrieron recordaban con más malestar el momento en que ocurrió, en comparación con cómo se sienten ahora. Sin embargo, esto no significa que la experiencia quede superada. En algunos casos, la herida se transforma en apatía, desconfianza o evitación de futuras relaciones.

¿Por qué se recurre al ghosting?

Las razones son diversas: una relación poco seria, una conexión débil, la aparición de otra persona, el miedo al conflicto o la incomodidad de decir «no». La tecnología también facilita este comportamiento: basta un clic para desaparecer.

Sin embargo, que sea fácil no lo convierte en inocuo.

Una oportunidad para repensar nuestras relaciones

El ghosting es un fenómeno que refleja cómo a veces evitamos el malestar a costa del otro. Pero cerrar un vínculo sin palabras deja preguntas abiertas y emociones sin procesar.

Hablar con honestidad, aunque no siempre sea sencillo, es un acto de respeto. No solo hacia la otra persona, sino también hacia uno mismo. Aprender a cerrar ciclos con claridad y empatía es una habilidad emocional valiosa, que puede ayudarnos a construir relaciones más sanas, conscientes y respetuosas.

¿Te ha ocurrido algo así?

Si te has visto reflejado en alguna parte de este artículo —ya sea como quien ha desaparecido o como quien ha sido dejado en silencio—, recuerda que no estás solo. Las emociones que surgen son válidas y merecen ser atendidas.

En algunos casos, este tipo de experiencias relacionales puede trabajarse de forma efectiva en un espacio terapéutico. Si estás atravesando una ruptura, te cuesta confiar de nuevo o quieres comprender mejor tus relaciones de pareja, puedes consultar mis servicios como Psicólogo de Pareja y Familia en Granada y Online.

Referencia

Freedman, G., Powell, D. N., Le, B., & Williams, K. D. (2022). Emotional experiences of ghosting. The Journal of Social Psychology, 162(5), 625–639. https://doi.org/10.1080/00224545.2022.2081528